El viejo paradigma de desarrollo urbano en nuestra ciudad de Oaxaca favorece un crecimiento disperso, desconectado y distante que propicia inseguridad y desigualdad en una ciudad insostenible. A nivel internacional y como miembro activo de la ONU, México participó en la definición de la Agenda 2030 en la cual se definen 17 objetivos principales, dentro de los cuales se encuentra uno en específico: “Ciudades y comunidades sostenibles” cuyo objetivo es “lograr que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.” En base a lo anterior, México ha tratado de alinearse a dicho objetivo y comenzado a modificar su marco normativo y jurídico lo que lleva a cada una de las entidades a buscar concurrencia con lo establecido a nivel nacional.
Para comenzar a generar políticas y estrategias a nivel local en cada entidad es necesario e imprescindible contar con un instituto encargado de generar una base de datos que permita alinear acciones en pro de un desarrollo urbano sustentable y sostenible. En otras entidades el instituto encargado de esta actividad es el Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) y en su caso para aquellas entidades que cuentan con zonas metropolitanas, el Instituto Metropolitano de Planeación. Para el caso específico de Oaxaca, no se cuenta con ninguno de estos institutos, lo que origina una seria complicación pues no se cuenta con ningún punto de partida para comenzar con un desarrollo de comunidad sostenible.
Con base en lo explicado anteriormente se considera de gran importancia, contar con una instancia que si bien no tratará de cumplir la función de un IMPLAN, sitúa a la Fundación Alfredo Harp Helú en el mapa de actores que influirán en el desarrollo de una comunidad inclusiva, segura, resiliente y sostenible mediante campañas, producción de una base de datos útil y abierta al público en general y la generación de una cartera de proyectos alineada a las necesidades de la comunidad oaxaqueña.