La Casa de la Ciudad se inauguró el 17 de enero de 2004 mediante un convenio entre el Municipio de Oaxaca y la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, aportando el municipio el edificio histórico y la FAHHO la operación del mismo. Convencidas las partes de la necesidad de un centro dedicado al estudio y análisis de la ciudad. La Casa de la Ciudad es un espacio abierto al público en general, donde cada quien puede encontrar información sobre el origen, el desarrollo y la conservación de la Ciudad de Oaxaca. Sirve como foro constante para el análisis del desarrollo urbano actual y su impacto en las dinámicas de los habitantes de las ciudades.
El proyecto de rescate del edificio, así como la integración de las dos iniciativas que hoy acoge: la Biblioteca Andrés Henestrosa y la Casa de la Ciudad, estuvo encabezada por la doctora María Isabel Grañén Porrúa y el doctor Sebastián Van Doesburg, a través de la entonces naciente Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Tras un acuerdo con el gobierno municipal entonces encabezado por Gabino Cué Monteagudo, se logró que se facilitara el inmueble para albergar ambos proyectos, iniciando su restauración en el año 2003. El 30 de noviembre de ese mismo año la casa fue inaugurada en una primera etapa, con la Biblioteca Andrés Henestrosa, la cual alberga más de 40 mil volúmenes de la colección particular de este escritor oaxaqueño.
Acerca del edificio
La primera mención de una construcción en la esquina de las actuales calles de Porfirio Díaz y Morelos data de 1707, se trata de “una casa de bajos y tienda” ubicada en la esquina enfrente de la Ermita de Nuestra Señora del Carmen y Lágrimas de San Pedro. (Archivo de Notarías de Oaxaca).
El actual edificio que alberga La Casa de la Ciudad y la Biblioteca Andrés Henestrosa, fue construido como parte del conjunto religioso de la Congregación del Oratorio, grupo de presbíteros seculares unidos a la causa evangelizadora de Felipe Neri, entre 1660 y 1680. El templo, que se conserva hasta la fecha, se ubica en la esquina de las calles Independencia y Tinoco y Palacios y sus anexos están delimitados por las calles Porfirio Díaz y Morelos.
La edificación del templo y la casa anexa en los terrenos donados por el obispo Ángel de Maldonado comenzó en 1733 y finalizó en enero de 1773. Por decreto de la Ley de Nacionalización de los Bienes del Clero en 1856, el conjunto pasó a ser propiedad federal. La iglesia se mantuvo abierta al público, la casa de ejercicios fue donada a la Sociedad de San Vicente de Paul, organización misionera, y la casa sede de la Congregación, fue fraccionada y vendida a particulares. A finales del siglo XIX la Congregación del Oratorio se extinguió y la iglesia pasó a manos del clero secular.
Este inmueble, al iniciar el siglo XX, albergó la Escuela Normal para Profesores. En los años veinte albergó el Hotel Segarra (Genaro Vásquez, 1927), posteriormente al periódico El Fogonazo y a la papelería Quetzalcoatl. En junio de 1989, el Ayuntamiento de Oaxaca compró la casa destinando su uso para oficinas municipales.
Remodelada en su apariencia actual durante la segunda mitad del siglo XIX, la Casa de la Ciudad, observa sus raíces en la Congregación del Oratorio, grupo de presbíteros seculares que se unieron a la causa evangelizadora de Felipe Neri, entre 1660 y 1680, para lo cual habrían de cual habrían de construir un templo que hasta la fecha se ubica en la esquina de Independencia y Tinoco y Palacios, y cuyos anexos delimitan las calles de Porfirio Díaz y Morelos.
LOS CIMIENTOS
La edificación del templo y de la casa anexa se comenzó en 1733, en terrenos donados por el obispo Ángel de Maldonado. Lo anterior, de acuerdo a lo referido en el libro Oaxaca: Monumentos del Centro Histórico. Patrimonio Cultural de la Humanidad, editado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología en 1987.
Sin embargo, por decreto del 15 de junio – Ley de Nacionalización de los Bienes del Clero-, la obra que ocupaba toda la manzana y que fuera concluida el 17 de enero de 1773, pasó a ser propiedad federal.
Aunque la iglesia se mantuvo abierta al público, la casa de ejercicios, fue cedida a la Sociedad de San Vicente de Paul – organización de vocación misionera entre los pobres- y la casa, asiento de la Congregación, fraccionada y vendida a particulares. Cabe mencionar que para 1878, el Hospital de la Caridad ya ocupaba parte de la manzana.
A fines del siglo XIX la Congregación del Oratorio se extinguió y la iglesia pasó a manos del clero secular. Actualmente la construcción eclesial comparte el espacio con una agencia funeraria, un hostal, un hospital, establecimientos comerciales, vivienda y la Casa de la Ciudad.
Aunque cabe agregar que desafortunadamente, incluye también uno de los más lamentables casos de una gran casona en total abandono llamada comúnmente Casa Cervantes.
La Casa de la Ciudad, marcado con el número 115 en la esquina que forman las calles de Porfirio Díaz y Morelos, llega a nuestros días tras servir como sede de varias escuelas, una papelería, un periódico y oficinas municipales.
A pesar del tiempo y la indolencia, sus muros de cantera y adobe persisten como ejemplo de una casa señorial que alberga la importante colección del escritor Andrés Henestrosa, en su planta baja, y un centro de documentación sobre la ciudad en el segundo nivel.
LAS BASES
El proyecto de rescate del edificio así como la integración de los proyectos que acoge la Casa de la Ciudad, fue encabezado por la doctora María Isabel Grañén Porrúa a través de la Asociación Oaxaca Sicarú, e inició con la donación de 40 mil volúmenes del escritor Andrés Henestrosa, pertenecientes a su colección particular.
Tras diversas pláticas con el gobierno municipal, entonces encabezado por Gabino Cué Monteagudo, se logró que ese Ayuntamiento facilitara el espacio donde ambos proyectos serían llevados a cabo.
De esta manera, con una inversión aproximada de siete millones de pesos, los gastos corrieron por partes iguales entre la Asociación Oaxaca Sicarú y el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, mientras que la dirección del proyecto de intervención estuvo a cargo del arquitecto Enrique Lastra De Wit, teniendo al arquitecto Benjamín Ibarra como coordinador del mismo.
LA INTERVENCIÓN
Con fuertes problemas de humedad, aplanados y firmes de cemento que agredían todas las zonas pétreas originales de la casa, techos a punto de derrumbarse y, en sí, un deterioro generalizado; el edificio que en sus inicios formara parte del oratorio de la iglesia de San Felipe Neri, observó el arranque de los trabajos de rescate en marzo del año 2003.
El primer paso, indicó el di-rector del proyecto, fue desnudar la casa y liberarlo de los excedentes para poder hacer un diagnóstico estructural del edificio, pues intervenciones anteriores, la habían agredido seriamente.
“La casa presentaba una gran cantidad de humedades que había aflorado en muchos lados, y la forma en que lo habían resuelto en el pasado fue mediante aplanados en los muros que, no sólo no habían solucionado el problema sino que lo habían empeorado”, explicó.
Aunque se conservaba el sistema de vigas original, éstas se encontraban seriamente apolilladas y otras, de material de concreto, habían sido agregadas para evitar el colapso de las que se encontraban dañadas. Asimismo, se observaban numerosos cuartos construidos en épocas recientes así como lozas de concreto y plafones, entre otros elementos ajenos.
De esta manera se procedió a llenar los faltantes, consolidar cimentaciones, muros, sellar la sedimentación para no tener humedades ascendentes y restituir todo el sistema de vigas.
Con un área útil de dos mil 500 metros cuadrados, Lastra De Wit detalló que se trató de revertir las intervenciones anteriores y volver al edificio a las condiciones originales con las mínimas adecuaciones para los términos de uso.
30 DE NOVIEMBRE DE 2003
De esta manera, el 30 de noviembre de 2003, la Casa de la Ciudad fue inaugurada, en una primera etapa, con la Biblioteca Andrés Henestrosa. Al acto, acudió un grupo numeroso de actores sociales, políticos y culturales del estado, encabezados por Henestrosa, los integrantes de Oaxaca Sicarú y la autoridad municipal.
De esta forma, con tres grandes salones para el área de acervo bibliográfico, dos para la sala de lectura, una para el montaje de exposiciones y un área administrativa, la Biblioteca Andrés se puso en marcha.
Sin embargo, las instalaciones que albergarían el sistema operativo de la Casa de la Ciudad -integradas por dos salas de exposiciones, un área de acervo, oficinas y un gran salón para eventos magnos- debían esperan hasta enero del 2004 para ser abiertas.
El principal objetivo de este proyecto es –mediante exposiciones y conferencias-crear una instancia crítica ante la conservación y en el mejoramiento de la ciudad y su Centro Histórico, además de difundir los valores del patrimonio arquitectónico, y la búsqueda de la participación más activa de la sociedad civil en la protección del mismo.
Lo anterior, motivado por “la propia demanda social de una ciudad distinta”, aseguró Grañén Porrúa, “por lo cual todos deberán estar unidos en este proyecto para trabajar en beneficio de la ciudad y del desarrollo de quienes en ella habitan”.
Con una incipiente maqueta del Centro Histórico, una fotografía aérea, planos, mapas y documentos diversos, este centro fue sede del Seminario Ciudad Histórica Actual efectuado durante nueve meses con la participación de especialistas en urbanismo, arquitectura e intervenciones en patrimonio edificado.
Posterior a este seminario, durante este mes de agosto, la Casa de la Ciudad protagonizará un Encuentro Internacional de eruditos en estas materias, además de continuar promoviendo su espacio para la disposición de conferencias, conciertos y presentaciones de libros, entre otras actividades.
EL ESPACIO COMÚN
En la actualidad, la Casa de la Ciudad es un espacio abierto al público en general, en el que se puede encontrar información sobre el origen, el desarrollo y la conservación del Centro Histórico de Oaxaca y de otros sitios históricos en el territorio estatal.
Asimismo, aborda temas como agua, basura, crecimiento de la ciudad, tráfico y entre otros temas urbanos generales, además de servir como foro constante para el análisis del desarrollo urbano actual –y su impacto en el centro histórico- y para la formulación de iniciativas para el mejoramiento de la calidad de vida de la ciudad.
El principal objetivo de este proyecto, es crear una instancia crítica que intentará incidir en el desarrollo, en la conservación y en el mejoramiento de la ciudad y su Centro Histórico.
(CASA DE LA CIUDAD, 2004, GACETA 1, pág. 13-15)
Porfirio Díaz 115, Esq. Morelos. Centro Histórico. C.P. 68000. Oaxaca, Oax.
Tel. 9515169647 / 9515169648
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