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Parque Nacional Benito Juárez

Parque Nacional Benito Juárez

Como seguramente sabes, en los próximos días se celebra el natalicio de uno de los grandes héroes nacionales: Don Benito Juárez. ¿Pero sabías que hay un parque nacional con su nombre en nuestra ciudad?
El Parque Nacional Benito Juárez fue creado en 1937 por el presidente Lázaro Cárdenas. Partes de San Felipe del Agua, Donají, San Luis Beltrán y San Andrés Huayapam forman parte de él. Su pico más alto es el Cerro de San Felipe, del cual proviene el arroyo del mismo nombre que provee una buena parte del agua que consumimos.
Además, hay muchas especies de plantas y animales que viven en él como puerco espines, venados, jabalíes, coyotes y tuzas. Es también un lugar muy importante para varias aves migratorias que vienen de Estados Unidos, Canadá y el norte de México y aquí encuentran un lugar para descansar.
También podemos encontrar dalias, orquídeas y azucenas que desafortunadamente están en peligro de extinción ya que muchos las recogen para adornar. Pero los peligros más grandes son los incendios y la deforestación para construir más casas.
La conservación de este Parque es muy importante, no sólo para conservar la biodiversidad que en ella se encuentra, sino también para que podamos seguir contando con agua limpia para tomar y aire fresco para respirar.
Te invitamos a visitar, disfrutar y cuidar de la belleza de este Parque Nacional tan cerca de nuestra ciudad.

Los árboles en la literatura

Los árboles en la literatura

Como seguramente te has dado cuenta, muchas obras de arte – pinturas, fotos, esculturas, música – están inspiradas en la naturaleza. En cuadros podemos ver bosques y montañas, por ejemplo. Hay compositores que se inspiraron en el mar o las tormentas para crear sinfonías. En la literatura también hay muchísimos ejemplos de árboles que son importantes en las historias que leemos.
Probablemente porque los árboles son fuente de vida, y algunos de ellos parecen ser tan antiguos como la Tierra misma (como el Árbol del Tule), es que podemos encontrar historias sobre árboles en todas las culturas del mundo. Árboles sabios, encantados, que prestan ayuda o dan refugio y alimento se pueden encontrar en la mitología griega, celta, maya y de los nativos americanos.
Los árboles también juegan un papel significativo en algunos cuentos de hadas de los Hermanos Grimm, Robin Hood y las obras de William Shakespeare, por nombrar solo unos pocos. Esto nos demuestra que no hay época en la historia de la humanidad en que no se les considere importantes.
Por ejemplo, en la Épica de Gilgamesh, la obra de literatura más antigua que se conoce (2700 años antes de nuestra era), el viaje del héroe comienza en un bosque de cedros y termina en otro bosque con árboles de otro mundo que en vez de fruta tienen joyas. Otro ejemplo antiguo lo podemos encontrar en la Biblia. Mientras Adán y Eva están en el Paraíso, Dios les prohíbe comer del Árbol del Bien y del Mal.
¿Cuál es tu árbol de cuento favorito?

Alamedas

Alamedas
¿Sabías que las alamedas son los jardines públicos más antiguos? La más antigua que aún se conserva es la Alameda de Hércules en Sevilla, que data de 1574. Se llaman así porque los árboles que usualmente se plantaban en estos espacios públicos eran álamos, los cuales se plantaban alineados para crear grandes áreas sombreadas. A veces se usaban también como mercados o eran el escenario para actividades lúdicas como bailes, desfiles o demonstraciones atléticas o militares.

La Alameda de León
En el año de 1576, el Virrey Martín Enríquez concedió al Ayuntamiento de Antequera dos solares para que construyera sus casas consistoriales o un palacio municipal. Sin embargo, nada se construyó; un solar fue vendido a un particular y el otro se convirtió en mercado de alfareros, por lo que se le conocía como Plazuela de Cántaros.
El gobernador del estado, general Antonio de León, vivió frente a la Plazuela de Cántaros, y en una conversación con su secretario -Benito Juárez- surgió la idea de convertir en jardín aquella plaza que tenía mal aspecto. El proyecto se ejecutó en el año de 1840, haciendo una pequeña réplica de la Alameda Central de la Ciudad de México. El nuevo jardín se inauguró el 13 de octubre de 1843 con el nombre de Alameda de León, en honor a su fundador.

La semilla

La semilla
Anónimo

La pequeña Lucía y su hermano Joaquín pasan a visitar a su abuela todos los días cuando regresan del colegio. Un día, su abuela estaba plantando semillas en el jardín. Lucia sintió mucha curiosidad y le pregunto:

– ¿Estás segura que de este granito saldrá una planta?
– Sí, le contesto ella, pronto lo veras. Y le dio un puñado de semillas para que las plantara en su casa.

Alegre e impaciente Lucía le pide a su hermano que la ayude, así que consiguen una maceta y un poco de tierra para poder plantar la primera semilla. Pero al cabo de unos  días Lucía se decepciona porque no pasa nada, entonces Joaquín le pregunta:

– ¿Ya le pusiste agua para que crezca?
– Uy –no sabía- responde.

De nuevo planta otra semilla, pero esta vez la ahoga con tanta agua. Intenta una tercera vez y la coloca en el patio para que le dé el sol. Las primeras hojitas comienzan a salir y muy contenta piensa que es el lugar apropiado y decide dejarla allí. Pero con el paso de los días sus hojitas se secan porque el sol las quema. Lucía llora hasta que su hermano le explica:

– Lucía, una semilla es una vida y es una responsabilidad cuidarla, ya viste que si no tiene agua se muere de sed, y si tiene mucha también. Si la expones demasiado al sol le pasa lo mismo. Las plantas son nuestras amigas porque ellas absorben de la atmosfera el bióxido de carbono que eliminamos cuando respiramos. Gracias a ellas podemos respirar aire puro. Vamos a intentarlo otra vez.

Entonces Lucia y Joaquín plantan una cuarta semilla a la que cuidan con mucho esmero. Y con el tiempo la semilla se transforma en un precioso árbol.