La semilla

La semilla

La semilla
Anónimo

La pequeña Lucía y su hermano Joaquín pasan a visitar a su abuela todos los días cuando regresan del colegio. Un día, su abuela estaba plantando semillas en el jardín. Lucia sintió mucha curiosidad y le pregunto:

– ¿Estás segura que de este granito saldrá una planta?
– Sí, le contesto ella, pronto lo veras. Y le dio un puñado de semillas para que las plantara en su casa.

Alegre e impaciente Lucía le pide a su hermano que la ayude, así que consiguen una maceta y un poco de tierra para poder plantar la primera semilla. Pero al cabo de unos  días Lucía se decepciona porque no pasa nada, entonces Joaquín le pregunta:

– ¿Ya le pusiste agua para que crezca?
– Uy –no sabía- responde.

De nuevo planta otra semilla, pero esta vez la ahoga con tanta agua. Intenta una tercera vez y la coloca en el patio para que le dé el sol. Las primeras hojitas comienzan a salir y muy contenta piensa que es el lugar apropiado y decide dejarla allí. Pero con el paso de los días sus hojitas se secan porque el sol las quema. Lucía llora hasta que su hermano le explica:

– Lucía, una semilla es una vida y es una responsabilidad cuidarla, ya viste que si no tiene agua se muere de sed, y si tiene mucha también. Si la expones demasiado al sol le pasa lo mismo. Las plantas son nuestras amigas porque ellas absorben de la atmosfera el bióxido de carbono que eliminamos cuando respiramos. Gracias a ellas podemos respirar aire puro. Vamos a intentarlo otra vez.

Entonces Lucia y Joaquín plantan una cuarta semilla a la que cuidan con mucho esmero. Y con el tiempo la semilla se transforma en un precioso árbol.

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