La historia de los jardines II

La historia de los jardines II

La historia de los jardines II

En la Edad Media, los conventos y monasterios tenían grandes jardines en los cuales cultivaban hortalizas para consumo propio, así como plantas medicinales para su uso y estudio.
En el siglo XIII, las clases altas comenzaron a cultivar jardines de esparcimiento, donde podían disfrutar del contacto directo con la naturaleza. Estos jardines tenían grandes murallas para prevenir la entrada de animales salvajes. En los siglos siguientes, se comenzaron a plantar hierbas de olor, árboles frutales y flores aromáticas.
Después del Renacimiento, en los siglos XVI y XVII, se retomaron ideas del mundo clásico, Grecia y Roma, y las aplicaron a los jardines, enfocándose en la simetría, proporción y equilibrio. También se adornaron con esculturas, fuentes y bromas con agua (donde se sorprendía a los visitantes con chorros de agua, ¿te imaginas?). También se formaban laberintos con plantas y árboles.
En el siglo siguiente, la gente se comenzó a rebelar contra los jardines “formales”, ahora preferían jardines con un estilo más “natural”. Comenzaron a haber jardines para pasear, aunque sólo podían ir las personas de clase media y alta, ya que había que pagar para entrar. Si los pobres tenían jardines, era para sembrar plantas comestibles.
A partir de la Revolución Industrial, con el crecimiento de las ciudades y las malas condiciones en las que vivían los trabajadores, las autoridades comienzan a crear parques públicos para que todos los habitantes pudieran tener lugares bonitos para pasear y estar cerca de la naturaleza.

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