Un año para los mercados
Otro reto para la ciudad
Arranca el año y la ciudad no se detiene, tampoco lo hace el número infinito de retos que se incrementan a medida que la ciudad se hace más grande y compleja y que su población se desdobla poco a poco. Cada vez aparece un nuevo ingrediente del compendio social o económico que viene a incrementar las tensiones que esta ciudad que trata de ser moderna mantiene con su concepto de ciudad histórica y patrimonial.
Lo retos que enfrenta Oaxaca ciudad de cara al futuro no terminan en las discusiones del pasado, por el contrario se van ampliando a medida que este siglo se abre más y más. Actualmente la estructura humana de la ciudad se ha reconfigurado y transformado increíblemente y con ello se ha llevado a la ciudad a una nueva era llena de interrogantes sobre su estructura misma, pero sobretodo con una inmensa cantidad de retos por enfrentar.
Entre los mucho que se nos vienen encima destacan desde los más básicos hasta los más estéticos. Abastecer de agua de calidad una población creciente y en eterna demanda, o mantener en buen estado el casco histórico de la ciudad. Apuntalar la economía de una urbe intermedia que mantiene su condición de centro de intercambio, o preocuparnos por el creciente número de desechos que estamos produciendo, sin dejar de mencionar de largo el tema de la movilidad humana.
La ciudad cumple su función cada día y por ese motivo el compromiso de la Casa de la Ciudad como institución que acompaña su cotidiano resulta altamente importante al medio de una era de cambios y contrastes. Es necesario también que la propia institución se modernice y entre en un esquema de operación adaptado a los tiempos sociales y tecnológicos que se nos vienen por delante.
Uno de los ingredientes que se suman a este debate tiene que ver con la vida de y función de un componente básico en la estructura urbana de las ciudades en nuestro país. Los mercados públicos son para muchos el lugar de referencia de nuestras ciudades y un elemento tan añejo dentro de nuestra cultura que a veces, malamente lo pasamos de largo y damos por sentado.
Son también el motor que hace funcionar barrios enteros y genera un gran número de empleos directos e indirectos al tiempo que se transforma en un nodo de encuentros insalvables, desde donde se distribuyen noticias y novedades.
Hablar de mercados es hablar de ciudad, es hablar en muchos sentidos del origen mismo de muchas ciudades. Los mercados son lugares de intercambio, no sólo de productos y dinero, sino de ideas y perspectivas. Son el punto obligado de paso para todos los que habitan la ciudad y el lugar de llegada para aquellos que llegan del campo a vender sus productos. Son en resumen, uno de los componentes más importantes y necesarios de nuestra sociedad y sus urbes.
Los mercados, por lo tanto, son parte de esa ambigua definición que cada vez nos cuesta más entender y suponer: el espacio público. Lugares comunes donde acudimos con cualquier pretexto -no sólo el de comprar y vender- sino también comer, conocer, pasear… Son lugares para reconocernos e intercambiar noticia. Lugares para todos, propiedad y responsabilidad de todos.
La Casa de la Ciudad quiere dedicar este año a estos espacios singulares y únicos que en contexto de una ciudad como la de Oaxaca resultan imprescindibles. Queremos reconocerlos, entender su situación actual y tratar de aportar en la construcción de un debate que los conduzca hacia una mejora constante de sus condiciones, en la búsqueda de que estos lugares sigan formando parte importante de la vida de nuestra ciudad, de nuestras vidas.
Invitamos a toda la sociedad a involucrarse en este debate, para aportar en la recuperación y modernización de estos lugares tan centrales, milenarios y entrañables en la vida de las ciudades y nuestras propias experiencias cotidianas.