El territorio como relación
Sobre la conferencia «Comunicación y Derechos Territoriales» impartida por Peter Bloom, coordinador de Rhizomatica, Oswaldo Martínez de la Fundación Santa María A.C. de Santa María Yaviche y Erick Huerta, abogado y encargado de políticas públicas en Rhizomatica, en Casa de la Ciudad.
Oaxaca cuenta con una enorme cantidad de radios comunitarias en las diversas regiones del estado. También, sus variadas comunidades cuentan con sistemas ancestrales organizativos y de trabajo conjunto. Sin embargo, también existe un sinnúmero de regiones que se encuentran en los huecos de cobertura de las grandes redes de comunicación.
Consciente de estas particularidades, la organización Rhizomatica decidió potencializar estas cualidades para la implementación de redes de telefonía celular comunitaria. Para Peter Bloom, iniciador del proyecto, una de las principales dificultades a las que tuvieron que enfrentarse en un principio fue la normativa para poder hacer uso del espectro radioeléctrico, ya que la premisa del proyecto siempre fue hacerlo dentro de la legalidad, para que pudiera ser reconocido y ejercido como un derecho y viceversa. El gran éxito de este proyecto ha sido haber logrado obtener una concesión para operar servicios de telefonía celular comunitaria, y haber instalado a la fecha 6 redes en la Sierra Norte, 2 de ellas en fase piloto.
Oswaldo Martínez, campesino, zapoteco del Rincón y promotor de las actividades de la radio y la red de telefonía celular comunitaria en Santa María Yaviche, en su experiencia en diversas radios comunitarias dentro de los cuatro grupos zapotecos de la Sierra Norte, se dio cuenta de la importancia de la comunicación en la lengua particular de cada grupo, para identificarse y reconstituir la idea del territorio y de ahí su definición de éste: “no sólo un pedazo de tierra, territorio es el idioma”.
Para Oswaldo el proyecto de radio y telefonía celular comunitaria en Santa María Yaviche ha contribuido en este sentido a reafirmar su comunidad, más allá de la actual división geográfica y política, ya que: “el territorio va ligado a la comunicación y dentro de la comunicación, el lenguaje, el habla, nuestra fiesta y nuestra forma de usar la tierra.”
Por su parte, Erick Huerta profundizó en cómo se construye la idea de territorio, cómo es que puede ser despojado y cuál fue el proceso que siguió Rhizomatica para recuperar esta noción, a través del reconocimiento del espectro electromagnético frente a la ley.
“El territorio no es una cosa, sino una relación, y existe en función de esa relación”, es decir que el territorio existe gracias a la vinculación entre los diversos factores que lo componen como su gente y su lengua, su historia y sus componentes naturales.
La destrucción del territorio ha sido posible debido a su fragmentación, ya que ha abierto la brecha para que esta noción integral se convierta en un simple bien que pueda ser vendido.
La fragmentación sucede al romper con esta relación, es decir, al quitarle validez a ese conocimiento sobre los elementos que lo constituyen. Por una parte, el no reconocerse de un sitio, el sentirse avergonzado de ser de tal o cual lugar y no hablar su lengua, genera segregación de sus partes. Por otro lado el que ciertos elementos del territorio hayan sido declarados como bienes de la nación, en realidad han pasado a la administración del gobierno, privilegiando a unas cuantas empresas privadas, negando el derecho, simplemente de uso, a miles de personas.
Si entendemos el espectro radioeléctrico – la vía por la cual viajan las ondas electromagnéticas – de la misma forma, como una relación en donde sólo a medida que se generan vibraciones, se crean las ondas, podemos entender que éste forme también parte del territorio, y haya sido utilizado desde épocas ancestrales, con técnicas más antiguas, con la misma finalidad de comunicarse.
El proceso para reincorporar el espectro frente a la ley como territorio tuvo que seguir dos procedimientos. El primero fue romper con el mito de la imposibilidad de contar con un sistema propio de telefonía celular. “El primer derecho es el derecho a soñar”, como relata Erick. El caso Talea de Castro, fue el gran ejemplo, ya que devolvió la esperanza a muchas personas que se sentían impotentes ante los abusos de las grandes compañías de telefonía celular. El segundo fue romper con la legitimación, al poner en evidencia ante el gobierno, que la compañía concesionada para dar un servicio público y generar un bien común, en realidad no lo estaba haciendo y no lo iba a hacer por no ser viable en términos económicos y empresariales, y que con infraestructura autofinanciada y capacitación, las comunidades estaban autogestionado, operando y haciendo uso de su propia red de forma exitosa.
Rhizomatica ha decidido cambiar las reglas del juego, al hacer posible la telefonía celular rural por medio de este contraesquema, que demuestra la viabilidad de los sistemas de telefonía celular comunitaria y que ha repercutido finalmente en el otorgamiento de la concesión social en la nueva ley de telecomunicaciones.
Por: Luciana Renner