La casa de todos
La casa de todos
Anónimo
Un día, unos jóvenes fueron al bosque a pasear. Después de comer, de regreso a casa, un pino les dijo:
-¿Quién tiró esa botella?
Todos se quedaron asombrados y no contestaban. Así que el pino señaló a uno de los jóvenes con sus ramas y le dijo:
-Fuiste tú.
Sus amigos lo miraron sorprendidos y el joven se disculpó diciendo:
-Sí. Yo fui. Quizás no debí de hacerlo…pero bueno, es una simple botella de plástico.
-Una simple botella –replicó el pino- que junto con otras botellas, papeles, botes, bolsas y desperdicios… Si todos hiciéramos igual, el bosque sería una pocilga.
-Tiene razón, señor pino –respondió uno de los jóvenes-. Muchos pocos hacen un mucho.
Cuando de regreso a casa cruzaron un riachuelo, éste le dijo a los jóvenes:
-¿Quién tiró este bote a mis aguas?
Todos callaron de nuevo, pero en seguida uno de ellos dijo:
-El domingo pasado yo arrojé un bote de refresco. No debí de hacerlo, desde luego, pero…
Y el río murmuró:
-Si todos hicieran igual, yo sería un lodazal.
Siguieron caminando de regreso a casa y al pasar cerca del mar éste les dijo:
-¿Quién enterró en la playa esta bolsa de plástico?
Nadie contestó, pero como el mar insistía, uno de ellos dijo:
-Yo lo he hecho alguna vez.
-Latas, bolsas de plástico… –replicó el mar- si todos hicieran igual, la playa sería un basurero.
Cuando llegaron a la ciudad, al pasar por la Plaza Mayor, dijo un gorrión que estaba en la rama de un árbol:
-¿Quién tiró ese papel al suelo?
-¿Ése? – preguntó un joven. Pero si es un papel muy pequeño.
-Da igual –replicó el gorrión. Quien arroja un papel pequeño es capaz de arrojar uno mayor.
Escuchó la conversación un gato que andaba por allí y le dijo a los jóvenes:
-El mundo es la casa de todos. Si cada uno de nosotros cuidamos el lugar donde estamos, todo el mundo estará limpio y será un lugar agradable para vivir.
Y tú, ¿qué haces para cuidar la casa de todos?