Archivo anual diciembre 5, 2014

Anarquismo y ciudad II

Las urbes, a lo largo del siglo XX, fueron escenario de algunos de los más dramáticos eventos en la historia moderna de la humanidad. La llegada de la sociedad industrial, alteraría cualquier orden conocido hasta el momento. Dos grandes guerras involucrarían a una buena parte de los países del orbe, y muchas revoluciones y cambios sociales dejarían profundas huellas físicas y sociales en el interior de las ciudades.

Los movimientos sociales se exaltarían, y en muchos casos, se harían más radicales. Es el caso, por ejemplo, de la España de la época republicana previa a la Segunda Guerra Mundial, donde se había instaurado, por segunda vez, un gobierno republicano.

La España posterior a la Primera Guerra Mundial, gestó una transición desde lo rural hacia lo urbano, pero también dejo ver una profunda desigualdad social, que exigiría, para superarla, un orden más igualitario. Así, por segunda vez, se proclamaría un Estado republicano, que pretendía dar lugar a un estado de derecho nuevo, donde todos tuvieran cabida. El tiempo dejará ver que ese anhelo no sería posible.

Las profundas divisiones sociales construidas por siglos en la sociedad española, se hicieron patentes rápidamente; la separación de clases se mostró aguda y la reacción fue espontánea. Como mencionamos en la primera entrega de esta serie, en ese preciso momento, dos movimientos sociales proletarios se alzaban, como forma de organización de la base trabajadora.

Los movimientos comunistas estaban en apogeo a principios del siglo XX, y los Anarquistas ya formaban parte de la vida de media Europa desde finales del XIX. La España que despertaba tarde al escenario europeo, entraría igualmente con retraso a estos fenómenos, pero sin embargo, lo hacía en un momento crítico, en el que intentaba transformarse y modernizarse, dentro de uno de los escenarios más complejos previsibles.

En este periodo, las ciudades de la península Ibérica fueron determinantes para la construcción de esta etapa histórica, ya que sería la urbe, donde se debatiría el futuro del Estado.

Barcelona, Valencia, Madrid, y otras más, fueron los escenarios donde las ideologías se confrontaban, pero también, donde la gente se dirigía y por lo tanto, donde la ciudad crecía. Y lo haría apoyada en los preceptos sociales, que en ese momento se encontraban en conflicto, lo que se representaría de forma clara sobre el territorio urbano.

En Barcelona por ejemplo, el surgimiento de barrios autogestivos de carácter anarquista, se plasmó en el territorio de manera física y contundente. José Luis Oyón, investigador, historiador y académico, describió este fenómeno en varios escritos y finalmente en un texto, que darían cuenta de la importancia de este movimiento para la configuración de la estructura social y urbana de esta ciudad.

Barrios como el de Roquetas, por ejemplo, surgidos de la organización popular, alojaron a miles de obreros y campesinos urbanizados, que encontraban en las ideologías liberales, lugar dentro de la ciudad. Incluso en la actualidad, el barrio de Roquetas es un caso especial de autogestión y éxito en la vida de la urbe. Su modelo de autogestión de espacios culturales, por ejemplo, fue estudiado y replicado en otras partes de la ciudad, e incluso, introducido como modelo de Estado.

Lo que queda claro es que, en la sociedad española y catalana de la primera mitad del siglo XX, los movimientos anarquistas, pretendían, sobre todo, la construcción del diálogo con sus contrapartes. Entre éstas, la ciudad, donde plasmaron su huella de manera clara, al producir no sólo espacios de habitación, sino también centros culturales, parques, equipamientos y otros espacios, que el propio pensamiento requería, para prosperar en la parte más importante del tejido urbano de la ciudad: las conciencias de sus habitantes.

 

@tavomad

 

 

 

 

 

 

 

 

Cierra el Seminario de Urbanismo sobre Mercados Públicos

Para finalizar el 4º Seminario de Urbanismo dedicado a los Mercados Públicos, la diseñadora industrial polaca Justyna Zubrycka impartirá una conferencia sobre la narrativa urbana interactiva

Las nuevas tecnologías han abierto un nuevo campo de estudio para profesionales no necesariamente familiarizados con la ingeniería o la programación. A través de plataformas, dispositivos y comunidades como Arduino y Processing, que permiten un entendimiento y un uso amigable de la tecnología, diseñadores y arquitectos, han encontrado nuevas herramientas para abordar su objeto de estudio.

El trabajo de Justyna Zubrycka se centra en estas dinámicas, a través del diseño de interfaces tangibles que apelan a los sentidos y que se integran con los contextos culturales, aprovechando las ventajas de la tecnología interactiva. Su objetivo es dar forma a las experiencias cotidianas de una manera poética y lúdica.

Justyna Zubrycka es diseñadora industrial por la Academia de Bellas Artes de Cracovia, Polonia. Cuenta con estudios en Animación y Nuevos Medios por la Academia de Bellas Artes de Zagreb, Croacia, y con una formación dentro del programa Interface Culture de la Universidad de Arte y Diseño Industrial en Linz, Austria. Ha trabajado como diseñadora en las compañías Bajo Wooden Toys, Yask y Rosti Technical PlasticsActualmente forma parte de un estudio interdisciplinario dedicado a la elaboración de juguetes para los niños del siglo XXI.

La conferencia La narrativa urbana interactiva como una manera lúdica de generar consciencia social sobre los mercados públicos es de entrada libre, y se llevará a cabo el día viernes 5 de diciembre, a las 19:00 horas.

El 4º Seminario de Urbanismo: Mercados Públicos es un proyecto impulsado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), a través de Casa de la Ciudad y la Facultad de Arquitectura CU de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Tiene como sede la Casa de la Ciudad, ubicada en Porfirio Díaz 115 esquina con Morelos, en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca.

La ciudad de los relatos: estudiar y proyectar los lugares a partir de la narrativa

Entender la ciudad por sus relatos

Como parte del tercer módulo del 4º Seminario de Urbanismo dedicado a los Mercados Públicos, la arquitecta-urbanista veracruzana Harmida Rubio impartirá la conferencia La ciudad de los relatos: estudiar y proyectar los lugares a partir de la narrativa en Casa de la Ciudad.

¿Cómo es posible entender y proyectar la ciudad del siglo XXI, que se transforma permanentemente y en la cual ya no se puede hablar de únicas verdades?

Esta y otras preguntas tendrán respuesta en esta conferencia, donde se hablará sobre cómo observar la ciudad, no sólo desde su esfera espacial, sino también desde la temporal; vinculando la narrativa con la arquitectura y el urbanismo, a fin de entender cómo se habitan y se construyen sus lugares. A partir de relatos se explorarán alternativas que nos lleven a entender y diseñar esta ciudad contemporánea escurridiza y creativa.

Harmida Rubio es arquitecta por la Universidad Veracruzana. Cuenta con un máster en Proyectación Urbanística por la Universidad Politécnica de Catalunya y actualmente realiza el doctorado en Diseño dentro de la línea Estudios Urbanos por la UAM Azcapotzalco en el Distrito Federal. Es narradora a partir de diversos cursos de creación literaria, fotografía y de viajes por distintas ciudades. Ha publicado cuentos y crónicas urbanas en medios impresos y virtuales y realizado exposiciones fotográficas-literarias y videos acerca de la arquitectura y la ciudad desde una mirada narrativa.

La conferencia, de entrada libre, se llevará a cabo el día viernes 28 de noviembre, a las 19:00 horas.

El 4º Seminario de Urbanismo: Mercados Públicos es un proyecto impulsado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), a través de Casa de la Ciudad y la Facultad de Arquitectura CU de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Tiene como sede la Casa de la Ciudad.

Anarquismo y ciudad I

La ciudad, prácticamente desde sus inicios, y quizás esto sea parte de lo que le da origen, ha sido seno de diálogos sociales. Las congregaciones humanas terminan convirtiéndose, casi siempre, en espacios de discusión, análisis, conflicto, resolución. Resulta normal así, la construcción de distintas líneas de pensamiento, que suelen coexistir, a veces de manera muy estrecha, en el complejo organismo que es la urbe.

Desde las ciudades griegas, con sus distintas líneas de pensamiento filosófico, que han trascendido hasta la actualidad, pasando por sinnúmero de movimientos sociales a través de los siglos, la urbe es y debe ser el lugar donde el debate se abre y se resuelve.

La ciudad no es un invento nuevo. Hoy sabemos que las primeras urbanizaciones datan de entre diez mil, o quizás, hasta veinte mil años de antigüedad. La ciudad moderna, que hoy podemos relacionar con nuestro modo de vida, está vinculada al proceso de industrialización del planeta en el siglo XIX, que si bien había venido sucediendo tímidamente en el XVIII por Europa, no sería hasta cien años después, que se desataría la creación de maquinarias más complejas.

Es decir que, las urbes modernas y la industria aparecieron casi a la par en la faz de la tierra. Con ellas, surgieron miles o millones de personas, que abandonaron el modo de vida rural que habían practicado sus antepasados por generaciones, para adoptar uno urbano.

En ese momento, se gestaría el ascenso de un nuevo orden social, que rápidamente se sobrepondría a la aristocracia dominante: la burguesía, compuesta por industriales y comerciantes. Con este cambio, también fue necesaria una nueva forma de organización, que les permitiera manejar la masa de personas, que no formaba parte de este nuevo grupo o de aquel que les había precedido. Así surgió entonces el proletariado.

Esta nueva estirpe de seres humanos era la mano de obra que hacía funcionar el sistema industrial. Sin embargo, sus condiciones de vida, por largo tiempo, fueron muy adversas, lo que produjo una inconformidad, que se extendió rápidamente por las calles de las comprimidas y hacinadas urbes.

Muchas fueron las líneas de pensamiento que sumaban al proletario a un escenario de mayor equilibrio en las ciudades. Serían dos, sin embargo, las que emergerían, e incluso se enfrentarían a lo largo de la historia. Por un lado, el pensamiento comunista, y por otro el anarquista, darían paso a nuevas formas de organización social, que se extenderían por muchos años, hasta llegar a nuestro tiempo.

Ambas estructuras de pensamiento son, sobre todo, urbanas. Resultaron del conflicto entre clases y fuerzas productivas, que se centraban en las ciudades que aprendían a ser modernas.

Los escritos de Marx y Engels, así como su Manifiesto del Partido Comunista, surgieron del análisis que hacían estos dos burgueses de la condición que padecía la clase proletaria. Mientras tanto, otra alternativa se gestaba; una que nacía de una corriente de pensadores, que recuperaba desde hace muchos siglos el cuestionamiento sobre la pertinencia del Estado y la propiedad privada. Resulta casi obvio, que en un momento como el que se vivía, al inicio de la era industrial, este movimiento tomara sentido.

A diferencia del comunismo, el anarquismo nunca tuvo una ”biblia”. Su estructura misma se basaba en un principio: la libertad de pensamiento dentro de una serie de valores, que representaban la igualdad y el bienestar común. Esta visión fraguó con éxito entre los movimientos obreros, que se revelaban ante la explotación generalizada que se vivía en las ciudades de finales del siglo XIX, e inicios del XX, en ambos lados del Atlántico.

El pensamiento anarquista se basa, contrario a lo que se pretende demostrar en nuestros tiempos, en un muy elevado nivel de conciencia y bienestar común, así como  el respeto a los haberes públicos. Aunque rechaza la construcción de un Estado centralizado –cosa que lo separa evidentemente del comunismo–, significa también una necesaria integración con la sociedad.

El anarquismo ha estado presente, a veces sin darnos cuenta, a lo largo de la vida de nuestras ciudades. No debemos dejarnos confundir por actos, que ocultan el verdadero significado de su papel en la vida urbana de nuestra sociedad. La ciudad y el movimiento anarquista conviven simbióticamente desde el origen de la ciudad moderna, y resulta importante revisar esta relación.

 

@tavomad