Infraestructura y cultura
Componentes urgentes
Las ciudades se expanden y sus poblaciones se incrementan a un ritmo tal que resulta complicado seguirles el paso. En ese proceso de expansión que a veces parece incontenible el debate se suele centrar en algunos aspectos básicos de la vida urbana y por otro lado se omiten otros que aunque igualmente esenciales no resultan tan urgentes.
Es el caso por ejemplo de los lugares destinados a fomentar los valores socio-culturales de las personas, elementos que no siempre reciben la atención que deberían y que suelen ser minimizados y en muchos casos incluso esquivados.
La carencia de espacios dedicados a las actividades culturales en las ciudades contemporáneas es una situación que se repite lo mismo en ciudades grandes que pequeñas y que priva de espacios de interacción a un buen número de la población del país.
Buena parte de esta realidad se debe como mencionamos antes a la emergencia con la que han sido ampliadas las ciudades. Antes que hacer una inversión en el sector cultural, se valora hacerlo en el de la infraestructura básica. Decisión normalmente acertada ya que es evidente que el que un asentamiento tenga agua potable, electricidad y drenaje debe ser prioritario.
Pero a largo plazo lo cierto es que esta dotación de servicios básicos no basta para garantizar el sano desarrollo de nuestras comunidades. Se requiere incluir componentes más abstractas que apoyen el desarrollo humano, más allá de aula escolar.
Sin embargo el mayor reto para la introducción de estos elementos en la vida de las ciudades y sus habitantes muchas veces no es la introducción del espacio físico como tal. Donde normalmente se encuentran las mayores dificultades es en la gestión de estos lugares que requieren personal, mantenimiento, y sobretodo un programa que desarrollar dentro de estos espacios.
Para el caso de nuestro país este importante aspecto de la vida de barrios y colonias, ha sido tradicionalmente tarea del estado y algunas ocasiones de instituciones privadas que han tomado el tema cultural como responsabilidad suya.
Bajo estos dos modelos es que se han puesto a funcionar la gran mayoría de los espacios con los que cuenta nuestra ciudad capital, Sin embargo no ha sido suficiente, ni el trabajo realizado por los diversos niveles de gobierno ni el de la sociedad civil ha sido capaz de cubrir la enorme y diversa necesidad de proporcionar espacios a una ciudad que se expande como mancha de aceite sobre el territorio y que segrega más y más población cada año.
Las consecuencias de estas carencias se ven reflejadas claramente en los lugares que las padecen, suelen ser estos donde se multiplican los conflictos sociales, donde violencia se dispara y donde abunda la mayor cantidad de jóvenes que no logran integrarse de manera exitosa a la cadena productiva de nuestra sociedad.
Es por esto que resulta importante destacar los esfuerzos que se han venido haciendo en tiempos recientes para producir nuevos espacios culturales en la ciudad. El anuncio de la construcción del centro de iniciación musical, el centro de artes cinematográficas y la restauración del museo del ferrocarril son buenas señales sobre una creciente sensibilidad sobre el tema.
Pero pese a esto, aún es notable como se sigue tendiendo a la concentración de este tipo de infraestructura en un pequeño sector de la mancha urbana que no llega a ser ni el 4% del total, nos referimos a la zona centro. Persiste una tendencia a limitar las acciones e inversiones a unos cuantos puntos donde se va saturando y hasta ensimismando un discurso que a veces suena incluso repetitivo.
No nos confundamos, es importante seguir fortaleciendo los espacios a los que muchos estudiosos denominan de «Alta Cultura» pero es igualmente necesario hacerlo con aquellos que perfil más cotidiano al que puedan tener acceso para personas que hoy día incluso salir de su colonia es un problema.
La cultura debe ser un bien de acceso público y libre, como lo es cualquier servicio básico, debe plantearse en el plano de las cosas indispensable y en la lista de lo que sacará adelante a nuestra sociedad. Por qué si no es mediante la cultura y el conocimiento difícilmente superaremos los muchos retos que nos vienen por delante.