Transporte público en la ciudad III
Por que el autobús y no el coche particular
El porqué de la importancia de construir un modelo de transporte público potente y funcional, tiene que ver con muchos aspectos de la vida de las personas, las ciudades y las regiones urbanas. Pero tiene que ver también con que es la única alternativa que por mucho, asegura un modelo sostenible de sociedad dentro y fuera de los límites de la ciudad.
La alternativa a la movilidad pública, es decir el auto privado, es por otro lado el azote de nuestras ciudades y un enorme problema para las sociedades. El uso excesivo del automóvil representa no sólo un consumo de espacio considerable en relación al uso de autobuses por ejemplo. Que finalmente terminan generando congestión vehicular y alto índice de estrés en las urbes contemporáneas.
El hilo que va dejando el automóvil en la vida de las ciudades se extiende mucho más que eso. Por ejemplo, se trata de la primera causa de contaminación en las urbes. Por más que se han hecho eficientes los motores y demás componentes de los autos, lo cierto es que su incremento expansivo en número ha generado que las emisiones a la atmósfera producidas por estos vehículos en lugar de reducir en los últimos tiempos, por el contrario se hayan incrementado considerablemente.
Pero el problema de la contaminación que el automóvil produce sólo termina en el escape de los vehículos motorizados. Antes de esto, el proceso de producción de energéticos derivados del petróleo ha dejado una negra mancha en todo su proceso que se salda con la contaminación de los lugares de explotación, la contaminación también de las zonas donde los combustibles se refinan, y la que se deriva de llevar los combustibles y lubricantes refinados a su lugar de distribución.
En cada paso de esta cadena el planeta y el medio ambiente han sufrido algún tipo agresión y muchas veces algún tipo de daño irreparable. Mientras esto sucede, millones de conductores sacan sus coches a la calle con apenas consciencia de la responsabilidad directa e indirecta que adquieren al tomar esta decisión tan personal.
Otro aspecto de vital importancia se suma a este esquema poco rentable para las sociedades que pueblan el planeta. El exceso en el uso de vehículos motorizados ha sido copartícipe en una de las epidemias más expandidas por todo el orbe y que en nuestro país ha adquirido proporciones verdaderamente espeluznantes. Se trata de una crisis de salud pública derivada de la obesidad que afecta a una buena parte de la población mundial y nacional.
Cuando un 7.5% de tu población adulta esta afectada por un estado diabético o pre-diabético es tiempo de tomar este problema muy enserio. La diabetes es hoy día el principal asesino de la población mexicana y buena parte de su persistencia depende de la baja movilidad que como individuos desarrollamos hoy día utilizando nuestro propio cuerpo.
Aquí es donde empieza a tomar sentido el que logremos que la mayor parte de los movimientos que se realizan en las ciudades se hagan utilizando medios de transporte en masa, por encima de la opción del auto particular.
La capacidad de transporte de un autobús reduce dramáticamente el espacio que para circular requieren un elevado número de personas. Esta superficie puede caer hasta veinte veces lo que significa en un enorme ahorro de lugar y una importante reducción de la congestión en las ciudades.
Al mismo tiempo se potencializa el uso de combustibles, un sólo motor puede transportar un gran número de personas, en el caso de los autobuses articulados este número puede sobrepasar los 100. Lo que significa que un sólo equipo deja fuera de servicio otros 99, esta más mencionar el ahorro en cuanto a contaminación del medio que esto representa y los beneficios que significa para todos.
Finalmente, el uso del transporte público casi siempre significa el movernos por medios propios hacia la para de autobús, taxi, o lo que sea. El llegar a este sitio es normalmente una actividad que se refleja en una mejor condición física y en la construcción hábitos igualmente buenos con nuestro cuerpo, como lo es simplemente caminar.
Pero finalmente de todas las ventajas que el transporte público puede tener está la más importante. Y es que si logramos la construcción de un modelo de transporte funcional, lograremos que millones de personas lleguen a sus destinos de manera segura y a un bajo costo, tanto económico como ambiental. Esto debería ser nuestra principal aspiración.