
RAW: aprender haciendo
En conferencia en Casa de la Ciudad, Paul Neseth, fundador de los talleres internacionales de construcción colaborativa Real Architecture Workshop (RAW), habló del trabajo realizado desde hace cinco años en la comunidad de La Mesita, en San Pablo Etla.
Hace miles de años, afirma Neseth, el arquitecto tenía la labor de diseñar y construir con sus propias manos. En el Renacimiento hubo una separación entre aquellos que diseñaban, a mano, y aquellos que construían. Hoy en día, la computadora ha absorbido muchas de las tareas del arquitecto, ocasionando que éste se desvincule del objeto que diseña y construye.
El taller RAW surgió con el objetivo de ser un ejercicio de aprendizaje para estudiantes de arquitectura, mediante el retorno a la experiencia de construir proyectos reales, con las propias manos. Los proyectos se llevan a cabo anualmente en distintos lugares del mundo, uno de ellos es el centro ecológico La Mesita, ubicado en el municipio de San Pablo Etla, perteneciente a la Zona Metropolitana de la ciudad de Oaxaca.
Omar Davis, alumno graduado del taller RAW en el 2012, que ha estado involucrado con la cartografía de La Mesita desde entonces, habló sobre el contexto geográfico del sitio, con el fin de ayudar a comprender la importancia de los proyectos en esta región.
La Mesita se sitúa entre la ciudad y las tierras comunales de San Pablo Etla. Se encuentra al pie de las montañas, donde la elevación aumenta con rapidez. Es aquí, afirma Davis, “donde comienzan los bosques de robles, encinos y pinos, los cuales han sido registrados y administrados en las últimas décadas por el Comisariado de Bienes Comunales, organismo encargado de operar este centro. Actualmente, San Pablo Etla tiene un estatus oficial de conservación de sus bosques, y la educación ambiental es un aspecto importante para el sitio”.
Las tierras comunales de la zona se superponen con las microcuencas más importantes, algunas de las cuales abastecen de agua a la ciudad de Oaxaca. Los cambios en el uso de suelo de tierras de cultivo a vivienda han posicionado a La Mesita como un sitio de mediación entre la ciudad y las montañas, el entorno construido y el natural.
Los atractivos de este centro ecológico incluyen jardines, infraestructura de paisaje y sitios de demostración para los visitantes. Los cinco proyectos llevados a cabo en estos años, relata Paul, forman parte de una lista de necesidades para el sitio, definidas previamente por la comunidad. Todos los proyectos son elaborados en una semana por los estudiantes y la comunidad, comparten el uso de materiales locales y el respeto por su emplazamiento en el contexto natural. Entre los proyectos llevados a cabo en el sitio destacan el mirador, la torre inclinada, el arca, el bungalow de la diversidad y el centro de bienvenida, su más reciente edificación.
Finalmente, Neseth afirmó que más que los proyectos en sí, el entendimiento y la conexión cultural son lo que le dan valor a la experiencia de estos talleres.

Espacios de Paz
Conferencia Pico Estudio (Venezuela)
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Conferencia Real Architecture Workshop (RAW) Oaxaca
La Mesita: arquitectura para la vida real
En una conferencia este viernes en Casa de la Ciudad se podrá conocer el trabajo realizado en los talleres internacionales de construcción colaborativa Real Architecture Workshop en San Pablo Etla, Oaxaca.
Oaxaca, Oax.- Su misión es simple: cambiar la forma en la que los jóvenes arquitectos perciben su trabajo y el mundo, a través de la experiencia de construir con sus propias manos proyectos arquitectónicos concretos para personas reales.
Real Architecture Workshop (RAW) es el nombre de una serie de talleres de diseño y construcción intensivos, realizados en distintos lugares alrededor del mundo, en donde cada taller presenta un reto de diseño significativo dentro de un rico contexto natural y cultural. Desde Dakota, en Estados Unidos, pasando por la Provenza en Francia, hasta San Pablo Etla, Oaxaca, los alumnos comparten conocimientos y habilidades para diseñar y construir estructuras con un alto nivel de diseño pero, sobre todo, con valores sociales claros, útiles y responsables con el medio ambiente.
Desde el 2011 esta plataforma ha diseñado y construido 5 proyectos en el sitio de La Mesita en el municipio de San Pablo Etla, para apoyar las iniciativas de este centro ecológico comunitario, dedicado a la educación y conservación de la naturaleza y el territorio en la periferia de la ciudad de Oaxaca.
Paul Neseth, fundador de RAW, presentará los últimos trabajos realizados en este lugar y estará acompañado por los estudiantes para describir las experiencias y las ventajas educativas de este tipo de prácticas colaborativas.
La conferencia Real Architecture Workshop Oaxaca. Aprendiendo a través de la construcción colaborativa, de entrada libre, se llevará a cabo el viernes 20 de marzo, a las 19:30 horas en Casa de la Ciudad, una iniciativa de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), que se encuentra ubicada en la calle de Porfirio Díaz nº 115, esquina Morelos, Centro Histórico, de la ciudad de Oaxaca.

Arte urbano y el derecho al espacio público
No todo lo que hace el hombre es arte, y en lo personal, ni siquiera estoy seguro de que muchos de los que se denominan artistas los sean. Esta discusión, en lo particular y en lo común, se ha venido debatiendo por mucho tiempo.
El arte difiere profundamente de la artesanía, y ésta del oficio, ya que son producto de una cadena que se basa en la técnica y muy poco en la actividad creativa. Las dos últimas se centran en la producción de objetos, lo que les diferencia de la creación artística, la cual está mucho más enfocada en la representación de la sensibilidad humana, a pesar de hacer uso y aprovechamiento de la técnica.
Esta disertación inicial viene a cuanta, debido a que en días y semanas pasadas se ha abierto un debate sobre la presencia de piezas de «arte» en la ciudad. Este debate, sin embargo, abre la puerta para una mayor discusión, a propósito del sentido que tiene el desarrollo de este tipo de expresiones en la ciudad, y sobre todo en el polígono que delimita el casco histórico de la misma.
Desde hace un par de años, hemos presenciado cómo han aparecido en espacios públicos de la ciudad, una buena cantidad de objetos que pretenden «enriquecer» el paisaje urbano. Sin embargo, esta idea se ha difuminado ante lo poco planeadas de las intervenciones y el cuestionable valor artístico de los elementos.
Con ánimo de no caer en el mismo dilema que plantea la aparición de estos objetos, es decir, la falta de consenso, intentaremos mirar esta situación desde un punto de vista más analítico que crítico.
Las ciudades han sido adornadas con elementos artísticos desde siempre, las primeras que conocemos ya tenían importantes representaciones artísticas en sus muros y calles. La discusión siempre se ha centrado en bajo qué consensos es que estos elementos se abren espacio en las urbes, anteriores y de nuestro tiempo.
Los regímenes totalitarios suelen hacer uso de estas formas de expresión, para establecer la presencia del sistema político y sus representantes en la vida de las personas que habitan la ciudad. En Budapest, capital de Hungría, existe un parque temático bastante particular, donde en lo alto de las montañas se ha establecido un espacio destinado a albergar las viejas estatuas del régimen comunista, que gobernó esta nación por más de medio siglo.
Estos monumentos fueron retirados de las calles de la ciudad y concentrados en un sólo punto, lejos de la mirada casual de los visitantes, debido a la falta de consenso a su prevalencia. Quienes los deseen visitar, deben hacer un gran esfuerzo para poder admirar estos objetos llenos de una carga política indiscutible, y no precisamente bellos, en la mayoría de los casos.
La calle es un lugar de expresión natural; si me apuran, es el lugar de expresión más puro al que podamos referirnos en nuestra generación y muchas antes. Sin embargo, hay que diferenciar entre lo que son expresiones espontáneas emergidas de la sociedad y de lo institucional. Este pequeño matiz, hace toda la diferencia entre lo que es arte urbano y campaña institucional.
Lo que ha pasado en los últimos meses en las calles de la ciudad cae en este último grupo, con el caso de las esculturas zoomórficas de formas rectas, fabricadas en metal y terminadas en laca. En lo personal, me parece que estas obras no aportan nada a la estética de la ciudad, y que por el contrario, degradan el paisaje del casco histórico. Sin embargo, concedo el hecho de que la calle puede y debe ser un espacio de expresión.
Pero en este caso particular, y en otro, como las esculturas de madera labrada de danzantes y osos, colocadas en las calles por la administración pasada, hay que marcar un límite. No se puede autorizar, por las buenas, una exposición en calle abierta, sin que se haga un análisis y un acuerdo sobre cada propuesta, para no terminar convirtiendo las calles de la ciudad en una galería barata.
Al inicio de esta administración se propuso la creación de un Consejo Ciudadano de Arte y Cultura, otro organismo bien intencionado, pero en la práctica limitado, que debería tener alguna opinión en estos aspectos. La dirección del Centro Histórico y el INAH, muy inquisidores en otros casos, también tendrían que tener un punto de vista al respecto, y por último, la propia comunidad artística.
La ciudad debe estar abierta, pero no a todo, y no a cualquier costo, porque se corre el terrible riesgo de imponer la visión de pocos a la mayoría, desde un solitario escritorio sin acuerdos de pormedio.
@tavomad