La carrera por la ciudad

La carrera por la ciudad

La carrera por la ciudad
Elecciones 2013

Esta semana arranca el periodo de campaña electoral por diputaciones locales y alcaldías en el estado de Oaxaca. Entre las que estarán en contienda se encuentra el municipio de Oaxaca de Juárez, el más poblado e importante desde el punto de vista económico y político.

Por la alcaldía de la ciudad se enfrentarán cinco candidatos que, avalados por diversos partidos políticos  intentarán hacerse del poder de decisión sobre su futuro, y así tratar de impulsar un programa político que regirá en parte el destino de los cerca de 260 mil habitantes del municipio y buena parte de los casi 600 mil que habitan en la Zona Metropolitana de esta ciudad que integra más de 20 municipios.

Pero aquí, pese a lo obvio, se abre una enorme pregunta. ¿Qué es lo que se pretende gobernar en realidad? La ciudad de Oaxaca y el municipio de Oaxaca de Juárez de manera muy particular, enfrentan una situación muy grave en muchos, si no es que en casi todos sus apartados. Desde lo que tiene que ver con la falta de infraestructuras y equipamientos básicos, hasta los altos índices de marginación y violencia urbana que se reportan desde los datos oficiales.

Un ejemplo. El documento denominado RETOS DE LA COMPETITIVIDAD URBANA EN MÉXICO publicado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. (CIDE) en el 2012 y que mide cuatro indicadores generales de un grupo de 74 ciudades mexicanas y sus zonas metropolitanas: Económico, Institucional, Socio-demográfico y Urbano, ubica nuestra ciudad en el número 57 en cuanto a las mediciones generales.

La cosa no se queda allí. Si dejamos en el listado sólo las ciudades capitales de los estados, nos daremos cuenta que la nuestra sólo supera a dos ciudades: Campeche y Chilpancingo. Esto pese a que nuestro estado tiene el sexto presupuesto más grande de la Federación. Lo que nos coloca en la cola del sistema urbano en cuanto a competitividad, cosa que difícilmente permitirá que esta urbe entre en el concierto del que forman parte ya muchas ciudades, que en ocasiones se despegan del desarrollo de sus propios estados.

Pero esto se ve lejos de conseguir. Ya situados en el plano internacional tenemos que hacer notar que la primera ciudad mexicana en el ranking mundial de competitividad urbana sería la Ciudad de México, colocada en el lugar 74, y Ciudad Juárez sería la última en el número 195. Cuesta trabajo imaginar donde tendría lugar una ciudad como la nuestra en este listado mundial.

Y si hacemos este análisis poco optimista de la realidad del entramado urbano de la ciudad de Oaxaca y sus habitantes en este preciso momento es porque no podemos seguir esquivando la responsabilidad que tenemos todos los sectores de la sociedad y, en especial el político, para trabajar en que se superen todos estos rezagos.

Ejemplos de grandes transformaciones urbanas que han llevado una ciudad del fondo a lo alto de la lista podemos encontrar muchos.

Quizás el más sonado de todos sea sin duda la ciudad de Singapur en la Península Malaya, en Asia. Hace treinta años casi nadie hubiera apostado por un pueblo de pescadores y revendedores como una de las urbes que guiarían el cambio de la economía global. Sin embargo, hoy es difícil suponer que el dinamismo desatado en esa parte del planeta pudiera prescindir de una ciudad como ésta.

Lo que ha marcado la diferencia entre las ciudades en los últimos tiempos no ha sido otra cosa que la innovación. Las fórmulas tradicionales han mostrado ineficiencia para resolver los grandes retos que han enfrentado. Pero el problema es que para implementar estas soluciones transformadoras se requieren dos cosas fundamentales: atraer a los especialistas encargados de llevarlas a acabo y determinación política.

Estos dos componentes pueden llegar a representar la diferencia entre el antes y el después de una urbe, entre el que mantengamos una caída en cada renglón de las mediciones nacionales o que se lideree en lo regional.

La carrera por la alcaldía del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez debe representar entonces no sólo una búsqueda por el poder y el control. Debiera significar un paso adelante en la búsqueda de nuevas soluciones y tratar de llevar a nuestra ciudad y sus habitantes a un mejor nivel de vida.

De absorber los rezagos y deudas históricas que se mantienen con su sociedad, darnos cuenta que mantener las cosas como están resulta sólo bueno para unos cuantos pero muy malo para mayoría. Al final, ya quedan pocos peldaños por debajo de nosotros y más vale empezar a mirar los de arriba.

Para saber más: http://www.cide.edu.mx/documento-de-divulgacion-indice-competitividad-CIDE-2012.pdf

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